Michael Fullan es un defensor del “aprendizaje profundo” (Deep learning), una metodología centrada en el aprendizaje por proyectos con un impacto directo en la comunidad, con la que se pretende dotar a los estudiantes de un aprendizaje significativo y perdurable en el tiempo.
Para Fullan, pedagogía, tecnología y construcción del cambio son tres áreas de conocimiento que se han desarrollado de forma independiente en los últimos años y sostiene que la verdadera revolución de los aprendizajes se producirá cuando estas tres fuerzas trabajen juntas.
Considera, además, que una de las estrategias educativas más eficaces es empoderar y mejorar la profesión docente, dotando a los maestros de autonomía y liderazgo y potenciando siempre el trabajo colaborativo entre ellos.
En esta línea, cree que los rankings promueven la calidad individual y estimulan el cambio haciendo que los docentes compitan entre sí. En contraposición, él plantea la necesidad de desarrollar calidad grupal, buscando el cambio a partir de una cultura de colaboración. “La colaboración mejora todos los resultados, de los docentes y el alumnado”, sostiene.
Así mismo, frente a la rendición de cuentas punitiva bajo el formato de evaluaciones externas, Fullan propone la formación continua de los diversos actores del sistema educativo como alternativa sustentable para un verdadero cambio en la educación.