Richard Culatta es miembro de ISTE y ha recibido el premio ISTE Making IT Happen Award.

Tiene una licenciatura en enseñanza de español y una maestría en psicología educativa y tecnología, ambas de la Universidad Brigham Young.

Antes de unirse a ISTE, Culatta trabajó como director de innovación para el estado de Rhode Island. En esta función, se enfocó en desarrollar asociaciones para mejorar las oportunidades para los estudiantes, incluido el lanzamiento de un programa para hacer de Rhode Island el primer estado en ofrecer ciencias de la computación en cada escuela K-12 y crear una visión estatal para el aprendizaje personalizado.

Como director de la Oficina de Tecnología Educativa del Departamento de Educación de EE. UU., Culatta estuvo a cargo de numerosos esfuerzos para ampliar la conectividad a las escuelas de todo el país, promover el aprendizaje personalizado y desarrollar el Plan Nacional de Tecnología Educativa. También fue pionero en nuevas formas para que el departamento se involucrara con educadores y desarrolladores de tecnología.

Antes de su cargo en el Departamento de Educación, Culatta trabajó como asesor de políticas educativas del senador estadounidense Patty Murray. También fue el asesor de tecnologías de aprendizaje de la Escuela de Educación David O. McKay en la Universidad Brigham Young, donde rediseñó el componente de tecnología del programa de preparación de maestros. Además, ejerció como director de operaciones de Rose Education Foundation, que llevó las primeras conexiones de internet a las escuelas en la zona rural de Guatemala.

Autor de varios libros, entre los que se incluyen:

• Future Ready Schools: Building Technology Infrastructure for Learning
• Ed Tech Developer's Guide
• There’s an app for that. Well, maybe.

Richard Culatta cree que la tecnología es una buena oportunidad para potenciar el aprendizaje, pues permite que los alumnos puedan aprender en cualquier momento y desde cualquier lugar.

Sin embargo, considera que hay que hacer un uso adecuado de esa tecnología. “Algunas personas lo hacen con el mismo modelo de enseñanza, aunque ahora es la tecnología la que provee la información. Esa es la manera menos interesante de usar estas herramientas. Lo mejor es usarlas para que los estudiantes solucionen problemas juntos, colaboren, creen, diseñen”, afirma.

De cara al futuro, le gustaría que hubiese un mayor impulso de las herramientas diseñadas para que los estudiantes sepan en tiempo real en dónde tienen problemas y en dónde les está yendo bien.

También le gustaría que se abriese paso una nueva forma de entrenar a los profesores. “Enseñar puede ser una experiencia muy solitaria. Creo que tenemos que cambiar eso. Una de las cosas que ISTE está haciendo es algo que llamamos Redes Profesionales de Aprendizaje, que son conversaciones en línea con profesores de todo el mundo para compartir su experiencia, hacer preguntas, conseguir consejos. Pienso que es una manera mucho más efectiva para que los maestros se formen. Y no en un evento al que van una vez al año, si no que sea algo que hagan en su día a día”, sostiene.

“Tenemos que hacer un mejor trabajo como sistema educativo de adaptar y ajustar el aprendizaje a las necesidades de cada individuo.”

“La tecnología es un catalizador. Si la aplicas con métodos de enseñanza poco efectivos, lo que haces es reproducirlos. Tendrás más pedagogías malas que buenas. Ahora, si se aplica a pedagogías efectivas, ayudará a mejorarlas.”

“El papel del docente va a tener que cambiar. Ahora dejan de ser la única fuente de información y tienen que volverse más una guía que acompañe a los estudiantes en su experiencia educativa.”